martes, 4 de abril de 2017

COMENTARIOS ELEISON - DECLINANDO LENTAMENTE - II




Número DVII (507)
01 de abril de 2017

Declinando Lentamente – II

 

Mons. Williamson

 

 


 

El mundo moderno ha perdido completamente su rumbo.
No puedo seguirlo sin ir por mal camino.

La carta original del autor de EEUU era más larga que lo tomado de ella por el CE de la semana pasada, y muchas cosas interesantes fueron dejadas de lado. He aquí otros dos valiosos párrafos, sobre escuelas y mujeres Tradicionales. La gran lección es siempre la misma – si yo no vivo como pienso, inevitablemente pensaré como vivo. Paciencia. Dios no nos pide hacer lo imposible pero, por otro lado, Él espera de nosotros buscar lo mejor posible:

Tal vez es en la educación que el modernismo está haciendo sus más grandes incursiones dentro del Movimiento Tradicionalista. Todo tipo de prácticas modernas se han abierto camino dentro de sus escuelas sin que nadie aparentemente lo note. La filosofía modernista pedagógica y psicológica de las décadas de los 50 y 60 está siendo incorporada junto con todas las palabras de moda y parafernalia. Los maestros a la antigua se han vuelto el problema. Una armada moderna de administradores, especialistas en currículos, expertos educacionales, psicólogos de niños, etc., está ahora a cargo, prometiéndonos como siempre hacer todo mejor, especialmente en cuestiones mundanas tales como resultados de exámenes, ingreso a la universidad, y carreras lucrativas. Las escuelas supuestamente Tradicionales se están volviendo cada vez más indistinguibles de las escuelas públicas.

La revolución social que se lleva a cabo entre los niños en nuestras escuelas diariamente es especialmente fuerte entre las jovencitas. Hay una nueva cepa virulenta de feminismo Tradicionalista. Muchas se han embebido del veneno moderno de la igualdad con, y competición contra, los hombres. Desde temprana edad son enfrentadas a hombres. Ellas quieren competir contra ellos y piensan que ellas pueden hacer casi cualquier cosa que un hombre pueda hacer. Piensan que la única prueba sobre si una mujer debería o no hacer algo es si ella está físicamente capacitada. Cualquier cosa que la Tradición pueda decir acerca del papel de las mujeres, ellas le prestan poca o ninguna atención. Ellas creen en las mismas mentiras que ya han arruinado una generación o dos. Ellas tienen la idea que pueden tener una carrera profesional altamente exitosa en cualquier campo y todavía ser una buena esposa y madre Católica al mismo tiempo. La antigua frase “El lugar de la mujer está en el hogar” no se escucha más en los círculos Tradicionales, de hecho es abiertamente despreciada. Peor de todo, nuestras jóvenes damas están escuchando y aprendiendo esto no del mundo, sino de nuestra propia gente. Hay demasiadas mujeres en cargos de autoridad pública en nuestras escuelas y demasiadas maestras mujeres. Esto es Revolucionario y sienta un terrible ejemplo para nuestras jovencitas, que no puede ser superado por ninguna predicación. Sin embargo, ¿qué bien le puede hacer a una mujer vestirse modestamente si ella actúa como un hombre en todo lo demás, social, económica y políticamente? Hace unos años todos, no solamente los Tradicionalistas, hubieran sabido esto, sin embargo aquí está ahora siendo promocionado como Tradicional.

Entonces, ¿qué es lo que está tan mal con la educación moderna y sus métodos modernos? Respuesta, el corazón y alma de una verdadera educación es la Fe Católica, significando adultos con el respaldo de la (verdadera) Iglesia usando su autoridad para enseñar a los jóvenes, mediante contacto directo humano, en primer lugar cómo llegar al Cielo, en segundo lugar cómo vivir vidas sanas como adultos en el mundo, consistente con llegar al Cielo. ¿Cuántos “administradores, especialistas en currículos, expertos educacionales y psicólogos de niños” tienen siquiera experiencia en el aula viviente, menos aún tienen la Fe? Por falta de la Fe, el aula hoy es una jungla llena de bestias salvajes. No en balde los “expertos” huyen de ella. Están despistados e impotentes para educar.

Y, ¿qué es lo que está tan mal con las mujeres modernas? Los hombres modernos, que les han permitido ponerse fuera de control. Dios hizo a las mujeres para que estuvieran bajo sus hombres, aún antes de la Caída. Entonces, ¿qué puede hacer una buena niña? Rezarles a San José y a Santa Ana – ambos encontraron conyugues maravillosos – para encontrar un esposo que ella pueda respetar. El brazo de Dios no se acorta por la maldad de los hombres (cf. Is. LIX,1). Y, ¿los hombres? Sus mujeres encontrarán mucho más fácil obedecerles si ustedes mismos obedecen a Dios (I Cor. XI,3).

Kyrie eleison.